viernes, 10 de julio de 2009

Del mundo teórico al mundo practico del derecho



Durante algún tiempo ya, llevo desempeñando actividades en un muy respetado “pool” de abogados, cuyo nombre no mencionaré por simple discreción. En dicha oficina, he tenido la grandiosa oportunidad de participar como veedor del desarrollo del oficio jurídico, desde el punto de vista del abogado, y he tenido la oportunidad de participar en algunos sucesos que me han permitido poner a prueba mis aptitudes en el desarrollo profesional. Siendo esto así, el estar tan cerca del mundo jurídico en su nivel práctico, más que teórico, he notado que la cantidad de aprendizaje no tiene precedente, puesto que, el desarrollar toda la teoría vista en un salón de clase, aplicándola al mundo real, me permite recordar de manera lógica, y no memorística la forma correcta de hacer las cosas y de aplicar los conceptos de derecho. Además, el simple roce con el leguaje técnico jurídico, hace que mi conocimiento se amplié, en la medida de tener nuevas dudas cada vez, desde lo que significa una palabra, o el por que de alguna acción. Cabe mencionar también, la indiscutible utilidad de poder tener acceso a las majestuosas bibliotecas que tienen los abogados que allí se desempeñan, y uso el calificativo majestuosas, no por la cantidad de libros allí encontrados, sino mas bien, por la paciencia con la que fueron escogidos al momento de ser adquiridos por ellos, hecho que garantiza la excelencia de cada uno de los libros.


Después de mencionar estos tópicos tan importantes desde el punto de vista académico, no sobra mencionar también, que allí, en el mundo real del derecho y de los abogados, aprendemos además características de disciplina, orden, esfuerzo, elementos completamente necesarios no solo para quien desea desempeñarse en el mundo del derecho, sino el mundo laboral. Por ejemplo, el entender que los procesos deben tener sus revisiones al día, puesto que de ello depende que no se cumplan términos que signifiquen la perdida o el fin de los mismos, teniendo esto efectos negativos tanto para el abogado, como para el cliente.


Todo lo anterior, se resume simplemente para una reflexión. El dedicar un muy importante tiempo para estudiar es vital, sabiendo que, si no se hace de esta forma es imposible desempeñar con excelencia y calidad la actividad jurídica, pero, en cierta medida y siempre que sea posible seria oportuno y pertinente que los estudiantes intentaran tener un acercamiento al desempeño de esta actividad, ya que les permite reforzar lo que han aprendido a manera teórica, fortalecer dichas bases, forjar un criterio profesional, en cuanto a disciplina, orden y respeto, y finalmente aportarle elementos que solo podrá descubrir cada cual en cuanto haga el ejercicio, sin temor a dudas, los ayudará a que en un futuro sean mejores abogados, con bases mas solidas y con mas elementos para decidir sobre lo que se quiere hacer cuando se encuentren nuevos problemas en el campo profesional, finalmente ese es nuestro fin, el ser profesionales del derecho, bien sea en el mundo académico, o el laboral.

1 comentario:

  1. Juan, que bueno que las ideas que cruzamos hoy las plantearas de esta forma tan elocuente.

    Quisiera que no quedara por fuera una palabra: el "taller", bien denominado por parte de uno de nuestros grandes maestros de primer año, constituye un trabajo de "cultivo", en el cual poco a poco vamos adquieriendo fortalezas que como tu bien dices, nos permitirán tener un mejor desempeño profesional.

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