jueves, 11 de noviembre de 2010

El caso Abello, más que un problema de dogmática penal, un problema de carácter social

Hace ya casi dos meses en la ciudad de Bogotá, Colombia, el Señor y abogado administrativista Fernando Abello cometió el error de conducir en estado de embriaguez causándole la muerte a una persona y dejando cuatro más heridas. El caso presentó tal controversia que inmediatamente fue comunicado por todos los medios debido a su gravedad. Fue tan grande el peso que ejercieron los medios que incluso la fiscalía que había solicitado cargos a titulo de homicidio culposo, pidió ante el juez de control de garantías la variación de la imputación por homicidio doloso, atendiendo al principio de dolo eventual. No siendo suficiente con lo que ya habían logrado los medios de cambiar una situación de un homicidio sin intención por uno con intención, luego no dejaron quieto el caso, pues se encargaron de acabar por completo con la vida de Fernando Abello, que no era más que una persona normal que cometió el error que más caro ha pagado en su vida. Pasaron los días y los medios de comunicación no dejaban la notica de lado, ni dejaban de tildar como asesino a este señor, haciendo que la comunidad en general comenzara a odiarlo con convicción, sin que nadie se preguntara que pasaba por la cabeza de él.

Pero como todas las cosas siempre hay un límite, y los responsables de llegar a éste fueron los directores y reporteros de Séptimo Día, un programa de Caracol televisión que se dedica a tomar noticias de controversia y hacer documentales sobre temas de importante polémica. Sin embargo, esta vez se les fue la mano con su documental amarillista y parcializado sobre el alcohol y la conducción, pues tomaron la noticia de Fernando Abello y poniéndolo como si literalmente fuera el peor de los canallas intentaron emitir un mensaje de “consciencia social”, poniendo de presente la irresponsabilidad que suponía combinar el trago con los vehículos. Para ello se valieron de entrevistas a las familias de las víctimas del accidente y se dieron a la tarea de recalcar la irresponsabilidad de Abello y el peligro social que representaba, pero jamás pensaron en lo que pudo estar pasando con este hombre al tener que verse en televisión como el responsable de las tragedias de todos los colombianos.

Lo único cierto es que tres días después la transmisión del documental, Abello intentó quitarse la vida. Aunque también es cierto y es válido aclarar que no son los únicos responsables, pues ese fue exclusivamente el hecho que logró llevar al desespero total a este hombre luego de una profunda depresión. Claro está que es también importante aclarar que si bien se tiene que promover la libertad de prensa y de información, es fundamental ponderar esto mismo con los derechos de las demás personas –en este caso los de Abello-, pues el transmitir este documental aunando todo esto a lo que lograron los demás medios de comunicación, acabaron con su vida y se puede decir que pasó  incluso por encima de su dignidad humana. Es por ello que hago tanto énfasis en este punto, porque los medios en su afán por subir sus marcadores de “raiting” llegan a ser completamente irresponsables con el manejo de la información y pierden tacto al tratar estos temas de tan suscitada controversia y que pueden afectar tanto a las personas. Además tenemos que evitar este tipo de prácticas para que los medios dejen de hacer derecho, dejen de creer que ellos son los que tienen el poder de control sobre las herramientas jurisdiccionales, tenemos que acabar con ese mal en donde ahora le creemos a su verdad divina, pues eso lo único que va a lograr es llevar al verdadero Derecho a una crisis hasta un punto donde sea imposible regular la sociedad y tengamos que volver a comenzar desde ceros.
Por último quiero recalcar la pena que está pagando Abello gracias a los medios de comunicación. Si bien es cierto la pena tiene dos fines principales: La prevención general y la prevención especial. En cuanto a la primera, se tienen que cumplir dos funciones I) Que la comunidad haya aprendido de lo  sucedido para evitar la futura comisión de conductas similares; II) Que la gente se percaté la dureza del sistema para quien comete una conducta delictiva y más si es de esta gravedad. Por parte de la prevención especial también tiene dos funciones: I) Que la persona reflexione sobre su comportamiento para no volverlo a cometer; y II) Que sufra un escarmiento por el daño que le causó a la sociedad con su conducta. Yo me pregunto, ¿Será que con lo que está viviendo Fernando Abello no están cumpliendo desde este momento los fines de la pena? Una persona que por su caso especial lo ponen como ejemplo de estas conductas, que se usa como medio de “consciencia social”, que por sus especialísimas circunstancias está sufriendo más que nadie por lo que hizo y que además se le acabó la vida personal y profesional de un día para otro, ¿No está de por si pagando ya una pena bastante cara? Me parece que debemos reflexionar un poco en este aspecto, pues no puede ser que sigan los medios siendo quienes ejercen el control coercitivo dentro de nuestro estado, pues esto se sale de todo razonamiento lógico y a lo único que lleva es a terminar de acabar con la dignidad que le queda a personas como Fernando Abello, que sin ser un asesino, cometió un error que le ha salido bastante caro. Finalmente las conclusiones del tema las dejo a su consideración. Espero disfruten y critiquen.